Infecciones por hongos en perros (Dermatofitosis y Malassezia): causas, síntomas y proceso de recuperación
- VetSağlıkUzmanı 
- 4 oct
- 19 Min. de lectura
Actualizado: hace 2 días
¿Qué son las infecciones por hongos en perros?
Las infecciones por hongos en perros son enfermedades cutáneas producidas por la proliferación de microorganismos fúngicos que afectan la piel, el pelo, las uñas e incluso los oídos. Aunque en muchos casos no representan una amenaza grave para la vida del animal, pueden causar molestias intensas, pérdida de pelo, mal olor e irritación, además de ser contagiosas tanto para otros animales como, en algunos casos, para los humanos.
Estas infecciones ocurren cuando las defensas naturales de la piel se ven alteradas. La piel de los perros, al igual que la de los humanos, alberga de forma natural pequeñas cantidades de microorganismos, entre ellos ciertos tipos de hongos. Sin embargo, bajo determinadas condiciones —como humedad, calor, exceso de grasa o baja inmunidad— estos hongos pueden multiplicarse descontroladamente, provocando una infección activa.
Los hongos más frecuentes que afectan a los perros son de dos tipos principales: los dermatofitos (que causan la llamada tiña) y las levaduras del género Malassezia, que suelen desarrollarse en ambientes húmedos y grasos, como los oídos o las zonas interdigitales.
Estas infecciones suelen aparecer con más frecuencia en animales jóvenes, de pelo largo o en aquellos que viven en zonas con alta humedad ambiental. Aunque no siempre son mortales, requieren tratamiento veterinario constante y adecuado, ya que tienden a ser persistentes y pueden reaparecer si no se elimina completamente el agente fúngico.
En resumen, los hongos en perros son afecciones cutáneas comunes, pero su control depende de una correcta higiene, una buena alimentación y atención veterinaria continua para evitar complicaciones o contagios.

Tipos de infecciones fúngicas: dermatofitosis y Malassezia
Las infecciones por hongos en perros pueden clasificarse según el tipo de hongo que las causa. Las más comunes son la dermatofitosis (tiña) y la dermatitis por levaduras (Malassezia pachydermatis). Aunque ambas afectan la piel y el pelo, difieren en su origen, síntomas y tratamiento.
1. Dermatofitosis (conocida como “tiña”):
Causada por hongos del género Microsporum (especialmente M. canis) y Trichophyton, la dermatofitosis es una infección superficial que invade el tallo del pelo y las capas externas de la piel.Características principales:
- Produce áreas redondeadas sin pelo, con bordes escamosos y enrojecidos. 
- Es altamente contagiosa, tanto para otros perros como para los humanos (zoonosis). 
- Las esporas del hongo pueden sobrevivir en el ambiente durante meses. 
- Se propaga por contacto directo o a través de objetos contaminados (cepillos, camas, toallas). 
La tiña es más común en perros jóvenes, en refugios o en hogares donde conviven varios animales. Si no se trata correctamente, puede diseminarse rápidamente por el cuerpo o afectar a otros miembros del hogar.
2. Infecciones por levaduras (Malassezia pachydermatis):
Malassezia es una levadura que forma parte de la flora normal de la piel del perro, pero bajo ciertas condiciones se multiplica en exceso y causa dermatitis seborreica.Características principales:
- Suele presentarse en zonas con pliegues, como orejas, cuello, axilas, ingles y entre los dedos. 
- Causa picazón intensa, enrojecimiento, olor a humedad y secreción ceruminosa en los oídos. 
- No es contagiosa para humanos ni para otros animales. 
- Está relacionada con factores subyacentes como alergias, humedad, obesidad o deficiencias inmunológicas. 
Mientras que la dermatofitosis tiene un origen externo (el hongo infecta desde el ambiente), la Malassezia surge de un desequilibrio interno en la piel del perro. Por eso, el diagnóstico correcto es clave para aplicar el tratamiento adecuado.
Ambos tipos de infecciones requieren atención veterinaria y un manejo riguroso del entorno, ya que la humedad, la falta de ventilación y el mal estado del pelaje son los factores que más favorecen su aparición y recurrencia.

Causas y factores de riesgo en perros
Las infecciones por hongos en perros se desarrollan cuando existen condiciones que favorecen la proliferación fúngica en la piel. Normalmente, la piel de los perros actúa como una barrera protectora natural contra bacterias y hongos, pero cuando esta barrera se debilita, los microorganismos encuentran el ambiente ideal para multiplicarse.
1. Factores ambientales:
Los hongos prosperan en ambientes cálidos, húmedos y con poca ventilación. Por eso, los perros que viven en climas tropicales, o aquellos que permanecen en lugares mojados (como patios, jardines o baños) tienen mayor riesgo de infección.
- La humedad prolongada en el pelaje después del baño. 
- Camas o alfombras sucias y húmedas. 
- Falta de exposición solar o ventilación adecuada. 
2. Sistema inmunológico debilitado:
Los perros con defensas bajas son más vulnerables. Esto puede deberse a enfermedades crónicas como diabetes, Cushing o hipotiroidismo, tratamientos prolongados con corticoides o una nutrición inadecuada.
3. Falta de higiene o exceso de baños:
Aunque la limpieza es importante, bañar al perro con demasiada frecuencia o con productos no adecuados puede eliminar los aceites naturales protectores de la piel, dejándola seca y susceptible a la colonización por hongos.
4. Alergias y dermatitis preexistentes:
Las alergias alimentarias o ambientales alteran la barrera cutánea y generan inflamación, lo que facilita la entrada de agentes fúngicos. Muchos casos de Malassezia surgen como consecuencia de una dermatitis alérgica mal controlada.
5. Raza y tipo de pelaje:
Algunas razas tienen mayor predisposición a las infecciones fúngicas debido a las características de su piel o pelaje:
- Basset Hound, Cocker Spaniel, Shih Tzu, Labrador Retriever: propensos a Malassezia pachydermatis por su piel grasa y pliegues cutáneos. 
- Yorkshire Terrier y Poodle: más susceptibles a la tiña (Microsporum canis) por su pelo fino y denso. 
6. Estrés y factores hormonales:
El estrés prolongado altera las defensas del cuerpo, facilitando las infecciones. Asimismo, las alteraciones hormonales en perras gestantes o lactantes pueden modificar el equilibrio cutáneo, aumentando el riesgo de hongos.
En resumen, las causas más comunes se relacionan con un desequilibrio entre el entorno, el sistema inmunológico y la higiene. Comprender estos factores de riesgo es esencial para establecer un plan preventivo eficaz y evitar recurrencias.
Síntomas y manifestaciones clínicas
Las infecciones por hongos en perros presentan una variedad de síntomas que dependen del tipo de hongo, la extensión de la infección y la respuesta inmunitaria del animal. Aun así, existen signos comunes que deben alertar al tutor para acudir al veterinario.
1. Lesiones cutáneas circulares o irregulares:
Son uno de los signos más característicos de la dermatofitosis (tiña). Las lesiones suelen ser redondeadas, con pérdida de pelo (alopecia), enrojecimiento, escamas y bordes definidos.
2. Picazón (prurito):
Tanto la dermatofitosis como la Malassezia provocan picazón intensa. El perro se rasca, lame o muerde la zona afectada, lo que puede causar heridas y favorecer infecciones bacterianas secundarias.
3. Mal olor corporal:
La proliferación de hongos, especialmente de Malassezia pachydermatis, produce un olor fuerte y desagradable, similar a la grasa rancia o a la humedad.
4. Piel enrojecida y grasosa:
El exceso de secreción sebácea es típico en la dermatitis por levaduras. La piel se ve inflamada, húmeda y con textura aceitosa, especialmente en orejas, cuello, axilas y entre los dedos.
5. Caspa o descamación:
La presencia de escamas finas o costras es común, sobre todo en el lomo y la base de la cola. Esto suele confundirse con resequedad o alergias.
6. Caída de pelo generalizada:
En infecciones extensas, la pérdida de pelo puede afectar grandes áreas del cuerpo. En casos graves, el pelaje se vuelve opaco, quebradizo y con parches desiguales.
7. Sacudidas de cabeza o rascado de orejas:
En las infecciones por Malassezia, los oídos suelen verse afectados. El perro sacude la cabeza con frecuencia y puede haber secreción ceruminosa de color marrón o amarillento.
8. Engrosamiento de la piel (hiperqueratosis):
En casos crónicos, la piel puede volverse más gruesa, oscura y arrugada, especialmente en zonas con pliegues.
9. Dolor o malestar al tocar las zonas afectadas:
Cuando hay inflamación o infecciones secundarias, el perro puede mostrar signos de dolor o rechazo al contacto físico.
10. Conductas anormales:
Los perros con picazón intensa o malestar pueden volverse irritables, nerviosos o apáticos.
En resumen, cualquier cambio en la piel, el olor o el comportamiento del perro debe considerarse una señal de alerta. Un diagnóstico temprano permite controlar la infección rápidamente y prevenir su propagación a otros animales o humanos.

Diagnóstico veterinario de las infecciones fúngicas
El diagnóstico de las infecciones por hongos en perros debe realizarse de manera precisa, ya que muchas enfermedades cutáneas (como alergias, sarna o dermatitis bacterianas) pueden presentar síntomas similares. Por eso, el veterinario combina la observación clínica con pruebas de laboratorio específicas para identificar el agente causal y establecer el tratamiento correcto.
1. Examen físico y anamnesis:
El primer paso consiste en una evaluación visual de las lesiones cutáneas, su ubicación, forma y extensión. El veterinario también pregunta sobre el entorno del perro, su dieta, hábitos de higiene, frecuencia de baños y presencia de otros animales en casa. Estos datos ayudan a determinar si el origen es ambiental o sistémico.
2. Examen con lámpara de Wood:
Esta herramienta emite luz ultravioleta, que permite detectar algunos dermatofitos, especialmente Microsporum canis, que brilla con una fluorescencia verdosa. Sin embargo, no todos los hongos se iluminan, por lo que un resultado negativo no descarta la infección.
3. Raspado y tricograma:
Se toman muestras de piel y pelo de la zona afectada. Con un raspado cutáneo se observan las células y estructuras fúngicas (hifas, esporas) bajo el microscopio. El tricograma permite evaluar el estado del tallo piloso y confirmar si hay invasión fúngica directa.
4. Cultivo fúngico (método de referencia):
Es la prueba más confiable para confirmar el diagnóstico. Las muestras se colocan en un medio especial (como DTM o Sabouraud) y se incuban durante 7 a 21 días. El crecimiento del hongo y el cambio de color del medio permiten identificar la especie exacta.
5. Citología y examen de oído (en infecciones por Malassezia):
Cuando se sospecha Malassezia pachydermatis, el veterinario toma muestras del oído o de la piel con un hisopo. Bajo el microscopio, las levaduras se observan como estructuras ovaladas o en forma de “maní”, características de esta especie.
6. Pruebas avanzadas (PCR o biopsia):
En casos complejos o recurrentes, se puede recurrir a la PCR para detectar ADN fúngico con alta precisión. La biopsia cutánea también puede ser útil en infecciones profundas o atípicas.
El diagnóstico correcto es esencial para diferenciar entre una dermatofitosis, una infección por levaduras u otra causa dermatológica, ya que cada una requiere un tratamiento distinto.
Tratamiento médico y tópico para los hongos en perros
El tratamiento de las infecciones fúngicas en perros combina medicación tópica, antifúngicos orales y medidas ambientales de desinfección. La constancia es clave: incluso cuando los síntomas desaparecen, los hongos pueden seguir presentes en el pelo y la piel, por lo que el tratamiento debe mantenerse hasta la confirmación de curación por parte del veterinario.
1. Tratamiento tópico (externo):
Su objetivo es eliminar los hongos de la superficie de la piel y reducir la carga ambiental de esporas.
- Champús antifúngicos: con ingredientes activos como miconazol, clorhexidina, ketoconazol o enilconazol. Se aplican 1–2 veces por semana, dejando actuar de 5 a 10 minutos antes de enjuagar. 
- Cremas o pomadas locales: útiles para lesiones aisladas. Contienen clotrimazol, terbinafina o econazol. 
- Soluciones en spray o lociones: especialmente recomendadas en perros de pelo corto o con zonas extensas afectadas. 
En casos de Malassezia, también se usan limpiadores óticos antifúngicos si hay afectación del oído externo.
2. Tratamiento sistémico (oral):
Cuando la infección es extensa o recurrente, el veterinario prescribe antifúngicos orales.
- Itraconazol: es el más seguro y eficaz. Se administra durante 4–8 semanas. 
- Ketoconazol: efectivo pero puede causar efectos secundarios hepáticos, por lo que se usa con precaución. 
- Fluconazol: recomendado en casos de infecciones profundas o resistentes. 
- Terbinafina: alternativa moderna con buena tolerancia. 
El tratamiento oral debe complementarse con controles veterinarios, ya que estos medicamentos pueden requerir seguimiento hepático mediante análisis de sangre.
3. Control ambiental:
Las esporas fúngicas pueden sobrevivir en el ambiente durante meses, por lo que la desinfección del entorno es fundamental:
- Aspirar alfombras, sofás y camas del perro a diario. 
- Lavar textiles (mantas, toallas, juguetes) con agua caliente. 
- Desinfectar con lejía diluida (1:10) o productos antifúngicos veterinarios. 
- Evitar el contacto con otros animales hasta la recuperación total. 
4. Duración del tratamiento:
Depende del tipo y extensión de la infección, pero suele durar entre 6 y 12 semanas. El tratamiento se mantiene al menos dos semanas después de la desaparición de los síntomas visibles.
El éxito terapéutico depende de tres pilares:
- Diagnóstico correcto. 
- Medicación constante y controlada. 
- Limpieza ambiental rigurosa. 
Con disciplina y control veterinario, la mayoría de los perros se recupera completamente, evitando recaídas y reduciendo el riesgo de contagio.
Cuidados domiciliarios durante el tratamiento
El éxito en el tratamiento de las infecciones por hongos en perros no depende únicamente de los medicamentos prescritos, sino también de los cuidados diarios en el hogar. Los hongos son resistentes y sus esporas pueden sobrevivir por largo tiempo en el ambiente, por lo que la constancia y la higiene son esenciales para evitar recaídas o contagios.
1. Aislamiento del perro infectado:
Durante el tratamiento, el perro debe mantenerse separado de otros animales para prevenir la propagación. Si esto no es posible, se recomienda limpiar y desinfectar las áreas comunes varias veces al día. No permitas que duerma en la cama o sofá de la familia hasta que el veterinario confirme la recuperación.
2. Limpieza del entorno:
- Aspira diariamente los pisos, alfombras y muebles tapizados. 
- Lava las mantas, camas, toallas y juguetes con agua caliente (mínimo 60 °C). 
- Utiliza desinfectantes antifúngicos o una solución de lejía diluida (1 parte por 10 de agua) para limpiar superficies duras. 
- Desecha los objetos que no puedan desinfectarse completamente, como rascadores o juguetes de tela muy usados. 
3. Higiene personal del propietario:
Los hongos, especialmente los dermatofitos, pueden transmitirse a los humanos. Por ello:
- Lávate las manos con jabón después de manipular al perro. 
- Usa guantes si aplicas medicamentos o limpias heridas. 
- Evita el contacto cercano prolongado (dormir juntos o abrazos frecuentes). 
4. Cepillado y mantenimiento del pelaje:
Cepilla el pelo del perro con suavidad para eliminar escamas o pelo muerto, lo que reduce la carga de esporas. Usa cepillos exclusivos para el animal enfermo y desinféctalos después de cada uso.
5. Alimentación y fortalecimiento inmunológico:
Una dieta rica en proteínas de alta calidad, vitaminas (A, E, del complejo B) y ácidos grasos esenciales (omega-3 y omega-6) ayuda a regenerar la piel y fortalecer las defensas naturales. En casos prolongados, el veterinario puede recomendar suplementos inmunoestimulantes.
6. Seguimiento veterinario constante:
El tratamiento debe ser evaluado cada 2–3 semanas. Aunque las lesiones desaparezcan, el hongo puede seguir presente. Solo se considera curado cuando los cultivos fúngicos son negativos en dos ocasiones consecutivas.
7. Paciencia y constancia:
La curación puede tomar tiempo. Es fundamental no suspender el tratamiento antes de lo indicado, ya que esto puede causar una recaída y prolongar la enfermedad.
Cuidar adecuadamente al perro en casa garantiza no solo su recuperación, sino también la seguridad del resto de la familia y de otros animales del hogar.
Prevención y control ambiental
Prevenir las infecciones por hongos en perros es mucho más fácil que tratarlas. Mantener una higiene constante, reforzar las defensas del animal y controlar las condiciones ambientales son las claves para evitar brotes o contagios recurrentes.
1. Higiene del entorno:
- Limpia frecuentemente las áreas donde el perro come, duerme o juega. 
- Lava sus mantas y camas al menos una vez por semana. 
- Aspira y ventila las habitaciones diariamente para reducir la humedad. 
- En hogares con varios animales, realiza limpiezas más profundas cada 48 horas. 
2. Control de la humedad y la temperatura:
Los hongos crecen en ambientes cálidos y húmedos. Mantén los espacios ventilados y asegúrate de que el perro esté siempre seco después de los baños o paseos bajo la lluvia.
3. Baños regulares con productos adecuados:
Usa champús veterinarios con propiedades antifúngicas o antisépticas de forma preventiva, especialmente si el perro tiene piel grasa o pliegues. No utilices productos humanos, ya que alteran el pH natural de la piel canina.
4. Fortalecimiento inmunológico:
La mejor defensa contra los hongos es un sistema inmunológico fuerte. Proporciona alimentación equilibrada, vacunas al día y revisiones veterinarias periódicas.
5. Control de alergias y otras enfermedades:
Las alergias o dermatitis crónicas son factores predisponentes a infecciones fúngicas. Un manejo adecuado de estas condiciones reduce el riesgo de hongos secundarios.
6. Evitar el contacto con animales o ambientes contaminados:
Los parques, refugios o criaderos donde hay muchos animales pueden ser focos de contagio. Mantén una higiene posterior al paseo y evita compartir cepillos, mantas o juguetes.
7. Desinfección periódica en hogares con antecedentes de hongos:
Si el perro ha tenido tiña o Malassezia, se recomienda mantener una rutina preventiva de limpieza profunda mensual para eliminar esporas residuales del ambiente.
La prevención no solo protege al perro, sino también a su entorno familiar. Una rutina básica de higiene y observación regular reduce drásticamente la posibilidad de infecciones y garantiza una piel sana y equilibrada a largo plazo.
¿Las infecciones por hongos en perros se transmiten a los humanos? (Zoonosis)
Sí, algunas infecciones por hongos en perros pueden transmitirse a los humanos, especialmente aquellas causadas por dermatofitos como Microsporum canis o Trichophyton mentagrophytes. Esta condición se conoce como zoonosis, y aunque no siempre ocurre, es importante tomar precauciones, sobre todo en hogares con niños, ancianos o personas con el sistema inmunológico comprometido.
1. Formas de transmisión:
- Contacto directo: tocar las lesiones del perro o acariciar zonas infectadas facilita la transmisión del hongo. 
- Contacto indirecto: los humanos pueden contagiarse al manipular objetos contaminados, como mantas, cepillos, juguetes o muebles donde el perro haya estado. 
- Ambiente contaminado: las esporas fúngicas pueden sobrevivir en el aire, alfombras o superficies durante varios meses. 
2. Síntomas en humanos:
La infección suele manifestarse como lesiones circulares, rojas y con picazón, similares a las de los animales. Las zonas más afectadas son los brazos, el cuello, el cuero cabelludo y las piernas. En casos más severos, puede presentarse inflamación o pequeñas ampollas.
3. Grupos de riesgo:
- Niños pequeños y ancianos. 
- Personas con enfermedades inmunosupresoras (VIH, cáncer, diabetes). 
- Trabajadores de refugios, peluquerías caninas o veterinarios. 
4. Prevención de la transmisión:
- Lavarse las manos después de tocar al perro o sus pertenencias. 
- Usar guantes para aplicar tratamientos o limpiar áreas infectadas. 
- Lavar mantas y camas del perro por separado con agua caliente. 
- Aspirar con frecuencia las superficies y mantener una buena ventilación. 
5. Tratamiento en humanos:
Las infecciones leves suelen resolverse con cremas antifúngicas tópicas (clotrimazol, terbinafina o ketoconazol). En casos más graves, el médico puede recetar antifúngicos orales.
La prevención y el tratamiento veterinario temprano del perro son la mejor manera de evitar el contagio. Un manejo adecuado del entorno y una buena higiene protegen tanto al animal como a las personas del hogar.
Complicaciones y pronóstico de recuperación
Con un diagnóstico y tratamiento oportunos, el pronóstico de las infecciones por hongos en perros suele ser favorable. Sin embargo, la falta de seguimiento o los errores en la higiene pueden dar lugar a complicaciones o recaídas.
1. Recaídas o infecciones recurrentes:
La causa más común de recaída es la persistencia de esporas en el ambiente o la interrupción prematura del tratamiento. Incluso cuando el perro parece curado, los hongos pueden permanecer inactivos en el pelaje durante semanas.
2. Infecciones bacterianas secundarias:
El rascado constante puede provocar heridas abiertas que se infectan con bacterias, agravando el cuadro clínico y requiriendo antibióticos adicionales.
3. Diseminación a otras áreas del cuerpo:
En animales inmunocomprometidos, la infección puede extenderse a zonas profundas de la piel, uñas o pabellones auriculares, haciendo el tratamiento más prolongado.
4. Daños estéticos o alopecia persistente:
Algunos perros pueden presentar pérdida de pelo temporal después de la curación. Con el tiempo y una buena nutrición, el pelaje se regenera completamente.
5. Riesgo zoonótico prolongado:
Mientras el perro tenga esporas activas, puede seguir siendo fuente de contagio. Por eso, el veterinario suele recomendar realizar dos cultivos negativos consecutivos antes de considerar al animal totalmente curado.
Recuperación y seguimiento:
- La recuperación suele tomar entre 6 y 12 semanas, dependiendo del tipo de hongo y la gravedad. 
- Es importante mantener la medicación y la limpieza ambiental incluso después de que las lesiones desaparezcan. 
- Los controles veterinarios deben repetirse cada 2–3 semanas hasta confirmar la eliminación completa del hongo. 
Pronóstico general:
- Excelente, si se trata a tiempo y se mantiene la higiene ambiental. 
- Reservado, en perros con enfermedades inmunológicas o en hogares donde no se cumple el control ambiental. 
Con atención constante, seguimiento médico y limpieza adecuada, el 95% de los perros infectados logra una recuperación total sin complicaciones a largo plazo.
Consejos para fortalecer el sistema inmunológico del perro
Un sistema inmunológico fuerte es la defensa más efectiva contra las infecciones por hongos y otras enfermedades de la piel. Aunque los medicamentos eliminan los hongos existentes, la prevención a largo plazo depende directamente del equilibrio interno del organismo del perro. A continuación, se detallan las mejores prácticas para mantener su inmunidad en óptimas condiciones:
1. Alimentación equilibrada y de alta calidad:
Una dieta rica en proteínas animales, grasas saludables y micronutrientes esenciales es clave para la regeneración cutánea y la resistencia a infecciones.
- Incluye alimentos con zinc, selenio, hierro y cobre, minerales que estimulan la función inmunitaria. 
- Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 (presentes en el salmón, el aceite de linaza o suplementos veterinarios) ayudan a mantener la piel hidratada y reducen la inflamación. 
- Evita los piensos de baja calidad o los restos de comida humana, ya que pueden causar desequilibrios digestivos y alergias cutáneas. 
2. Suplementos inmunoestimulantes:
En perros con defensas bajas, el veterinario puede recomendar suplementos con beta-glucanos, equinácea o vitaminas A, C y E, que fortalecen las células de defensa y mejoran la respuesta ante infecciones fúngicas o bacterianas.
3. Control del estrés:
El estrés crónico debilita el sistema inmunitario y favorece la aparición de enfermedades dermatológicas. Mantén rutinas estables, evita cambios bruscos y ofrece un ambiente tranquilo. Los paseos diarios, el juego y la atención afectiva ayudan a equilibrar el estado emocional del perro.
4. Ejercicio físico regular:
El movimiento mejora la circulación, oxigena los tejidos y favorece el metabolismo celular. Sin embargo, el exceso de ejercicio sin descanso adecuado puede generar agotamiento y disminuir las defensas, por lo que el equilibrio es esencial.
5. Vacunación y desparasitación al día:
Las enfermedades parasitarias o infecciosas agotan el sistema inmunológico. Cumplir el calendario de vacunación y desparasitación interna/externa es fundamental para mantener las defensas en niveles óptimos.
6. Higiene y cuidado de la piel:
Mantener la piel limpia, seca y libre de grasa o humedad evita el crecimiento de hongos y bacterias. Cepillar el pelo regularmente y usar champús dermatológicos con pH adecuado refuerza la barrera cutánea natural.
7. Revisiones veterinarias periódicas:
Los chequeos semestrales permiten detectar deficiencias nutricionales, alergias o enfermedades hormonales que pueden debilitar el sistema inmune.
Un perro con buena alimentación, descanso, ejercicio moderado y control veterinario frecuente tiene menos probabilidades de desarrollar infecciones fúngicas recurrentes y se recupera más rápido si llega a padecerlas.
Cuándo acudir al veterinario
Detectar y tratar las infecciones por hongos en perros de manera temprana es fundamental para evitar complicaciones. Aunque algunas lesiones pueden parecer leves, solo un veterinario puede diferenciar entre una dermatitis fúngica, alérgica o bacteriana y prescribir el tratamiento correcto.
1. Señales que indican la necesidad de consulta inmediata:
- Zonas sin pelo, costras o descamación visible. 
- Picazón intensa o lamido constante. 
- Mal olor en la piel o en los oídos. 
- Piel enrojecida, húmeda o con secreción. 
- Heridas abiertas o sangrantes. 
- Lesiones que no mejoran después de una semana de cuidados en casa. 
2. Casos que requieren atención urgente:
- Perros con fiebre, letargo o pérdida de apetito junto con lesiones cutáneas. 
- Animales inmunodeprimidos (por diabetes, cáncer o tratamientos prolongados con corticoides). 
- Hogares donde hay niños, ancianos o personas inmunocomprometidas (por riesgo de zoonosis). 
3. Evitar la automedicación:
El uso de remedios caseros o productos humanos puede agravar la infección o ser tóxico para el perro. Los antifúngicos deben administrarse solo bajo supervisión veterinaria y en la dosis adecuada.
4. Importancia del seguimiento:
Incluso después de la desaparición de los síntomas visibles, es necesario realizar cultivos de control para confirmar la erradicación total del hongo. Suspender el tratamiento demasiado pronto puede causar una recaída.
5. Prevención a largo plazo:
Después de la recuperación, el veterinario puede recomendar baños preventivos, suplementos inmunológicos o revisiones dermatológicas periódicas para evitar nuevos brotes.
Acudir al veterinario a tiempo garantiza no solo la salud de tu perro, sino también la seguridad del entorno familiar, evitando contagios y complicaciones innecesarias.
Preguntas frecuentes sobre las infecciones por hongos en perros
¿Qué son exactamente los hongos en perros?
Son microorganismos que afectan la piel, el pelo, las uñas o los oídos del perro. Los más comunes son los dermatofitos (Microsporum canis, Trichophyton mentagrophytes) y las levaduras del género Malassezia.
¿Cómo se contagian los perros con hongos?
A través del contacto directo con otros animales infectados o mediante objetos contaminados como mantas, cepillos o suelos húmedos. Las esporas fúngicas pueden sobrevivir meses en el ambiente.
¿Cuáles son los síntomas más comunes de hongos en perros?
Zonas sin pelo, enrojecimiento, picazón, mal olor, descamación, piel grasosa y secreciones en los oídos. En algunos casos, el perro se rasca o lame constantemente las zonas afectadas.
¿Las infecciones por hongos son contagiosas para otros animales?
Sí. Los dermatofitos pueden transmitirse fácilmente entre perros, gatos y otros mamíferos mediante el contacto o por objetos contaminados.
¿Pueden los hongos en perros transmitirse a las personas?
Sí. Algunas especies, como Microsporum canis, son zoonóticas y pueden causar tiña en humanos. Es fundamental mantener medidas de higiene mientras dure el tratamiento.
¿Cómo se diagnostican los hongos en perros?
El veterinario realiza un examen físico, puede usar una lámpara de Wood y confirmar el diagnóstico mediante cultivo fúngico o análisis microscópico del pelo y la piel.
¿Qué diferencia hay entre dermatofitosis y Malassezia?
La dermatofitosis (tiña) es causada por hongos que invaden desde el exterior, mientras que Malassezia es una levadura que vive en la piel y causa infección cuando se multiplica en exceso.
¿Qué razas son más propensas a sufrir infecciones fúngicas?
Razas con piel grasa o pliegues, como Basset Hound, Cocker Spaniel, Shih Tzu, Labrador y Bulldog, tienen mayor predisposición, así como los perros de pelo largo y denso.
¿Cuál es el tratamiento más eficaz contra los hongos?
Una combinación de champús antifúngicos, cremas tópicas y medicamentos orales (como itraconazol o terbinafina). El veterinario determinará la dosis y duración según el caso.
¿Cuánto tiempo dura el tratamiento?
Generalmente entre 6 y 12 semanas. Se debe continuar el tratamiento hasta que los cultivos sean negativos, incluso si los síntomas desaparecen antes.
¿Es necesario bañar al perro durante el tratamiento?
Sí. Los baños con champús antifúngicos ayudan a eliminar las esporas del pelaje y reducen la posibilidad de contagio ambiental.
¿Qué cuidados debo tener en casa si mi perro tiene hongos?
Mantén al perro aislado, limpia las áreas donde duerme, lava sus objetos con agua caliente y desinfecta superficies con lejía diluida. Evita el contacto directo prolongado.
¿Los hongos pueden causar mal olor en el perro?
Sí. Especialmente las infecciones por Malassezia, que generan un olor fuerte, similar al de la grasa rancia o humedad persistente.
¿Cómo prevenir los hongos en perros?
Mantén una buena higiene, seca bien al perro después del baño, controla la humedad del ambiente y refuerza su sistema inmunológico con alimentación de calidad y revisiones veterinarias regulares.
¿Los hongos pueden causar pérdida permanente de pelo?
En la mayoría de los casos, el pelo vuelve a crecer una vez eliminada la infección. Solo en infecciones profundas o crónicas puede haber daño folicular irreversible.
¿Qué pasa si no trato los hongos de mi perro?
La infección puede extenderse, causar dolor, infecciones bacterianas secundarias y contagiar a otros animales o personas.
¿Los hongos en los oídos son comunes?
Sí, especialmente por Malassezia pachydermatis. Provocan picazón, sacudidas de cabeza, secreción marrón o amarillenta y mal olor.
¿Puedo usar remedios caseros para tratar los hongos?
No. Algunos productos naturales pueden irritar la piel o ser tóxicos para los perros. El tratamiento debe ser siempre veterinario y controlado.
¿Los hongos se reproducen más en verano?
Sí. El calor y la humedad favorecen su crecimiento, por lo que los brotes son más frecuentes en climas tropicales o durante el verano.
¿Se pueden prevenir los hongos con champús especiales?
Sí. Los champús veterinarios con miconazol o clorhexidina son útiles como prevención, especialmente en perros con antecedentes de infecciones fúngicas.
¿Cuándo debo acudir al veterinario?
Cuando el perro presenta picazón, zonas sin pelo, enrojecimiento o mal olor. También si tiene heridas que no cicatrizan o secreciones en los oídos.
¿Las infecciones por hongos tienen cura definitiva?
Sí, siempre que se realice un tratamiento completo y se mantenga una buena higiene ambiental. Sin embargo, los perros con alergias o inmunodeficiencia pueden sufrir recaídas.
¿Los cachorros pueden tener hongos?
Sí, son especialmente vulnerables por tener el sistema inmunitario inmaduro. Los contagios en cachorros suelen ser más rápidos y deben tratarse sin demora.
¿Qué alimentos ayudan a reforzar las defensas del perro?
Piensos ricos en proteínas animales, omega-3, zinc y biotina. También pueden añadirse suplementos inmunoestimulantes si el veterinario lo recomienda.
¿Es posible que mi perro tenga hongos sin síntomas visibles?
Sí. Algunos perros pueden ser portadores asintomáticos, lo que significa que albergan el hongo sin mostrar lesiones, pero pueden contagiar a otros animales o humanos.
¿Cómo saber si mi perro está completamente curado?
Solo el veterinario puede confirmarlo mediante cultivos fúngicos negativos y la desaparición total de los síntomas. No se debe suspender el tratamiento antes de tiempo.
Fuentes (Sources)
- American Veterinary Medical Association (AVMA) 
- Royal Veterinary College (RVC) 
- Cornell University College of Veterinary Medicine 
- World Small Animal Veterinary Association (WSAVA) 
- Mersin Vetlife Veterinary Clinic – Haritada Aç: https://share.google/XPP6L1V6c1EnGP3Oc 




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